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LA AUTONOMIA
INSTITUCIONAL
La escuela se
encuentra sujeta por una camisa de fuerza economista e ideológica lo cual se
traduce en una autonomía inexistente o simplemente de dicho; y es que la
educación se ve controlada en su cuasitotalidad; en todo aquello que pasa fuera
del aula.
La escuela que
se encuentra sujeta desde fuera, por fuerzas nacionales e internacionales;
externas a ella; por ello, es que la institución educativa es incapaz de
responder a la relativa autonomía que se le atribuye; en el proyecto educativo;
por lo menos en educacion básica.
Las bases de autonomía
que se desean implementar en las escuelas o por lo menos que se mencionan, se
enfrentan a contradicciones y tensiones fuera de la comprensión de los docentes
al no llegar a comprender la teoría ideológica correspondiente.
La autonomía
escolar es un buen proyecto; pero muy alejado de una realidad económica que
controla el pago de los docentes; sus prestaciones e ingresos extra; los
recursos para el mantenimiento de las instituciones. En lo ideológico se ve
bajo el control del sistema educativo; que a la vez se somete a controles
internacionales como la UNESCO, la OEA y la OCDE.
Lo que
aterriza en reconocer que la escuela no solo se reduce a reproducir las expresiones de la ideología dominante;
cuando de hecho se da la libertad al docente de trabajar sus objetivos y planes
de trabajo de forma independiente empleando estrategias, técnicas y
procedimientos individuales e independientes; favorece el nacionalismo, que se
mantenga la cultura de los pueblos y la libertad a la par de la democracia.
Ya que la autonomía,
aunque no explicita en el proyecto educativo, ni en la ideología de las
instituciones; no puede ser separa de la vida practica de los individuos (los
docentes) que en el momento en que se trabaja en las aulas transforma a alumnos
y a docentes en seres democráticos y autónomos en ejercicio de su libertad.
Bajo estas
circunstancias; hay que reconocer que la enajenación y la dominación del
trabajo de los docentes se encierran dentro de la economía de las secretarias
correspondientes; las cuales se olvida que las condiciones a las que se somete
a los docentes y a los alumnos; son sufridas por seres humanos de carne, hueso
y sentimientos; no por máquinas a las que se les puede programar o desprogramar
a capricho.
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