ESTAR ACTUALIZADO CADA DIA
PORQUE
ESCRIBIMOS
Ya German Dehesa, José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Felipe Garrido, Octavio
Paz, Isaac Asimov, Víctor Hugo, etcétera; nos han explicado por qué se escribe;
porque se preserva la memoria en el papel y no en la arena, en la roca y no en
el agua; y es que la escritura permite preservar la información mucho más que
en la memoria; pero también es necesario que el que lee conozca el código de lo
que se escribe; como explica Margarita Gómez-Palacio; pues la lectura de lo que
se escribe permite a muchas personas el acceso a la información; al análisis, a
la discusión y al intercambio de ideas. Y esto es, porque la escritura perdura;
más allá de los tiempos. Los materiales en lo que se escribe, si se saben
conservar perduran y se pueden consultar tal como lo hizo Halley para prever el
paso de un cometa; o como cuenta Umberto Eco, para saber de Adso y de William.
Y es que lo escrito permanece y perdura a través del tiempo.
Esta es la causa que motiva al que escribe para aprender a controlar su
mensaje revisando y corrigiéndolo todas las veces que se considere necesario;
aunque si parafraseamos a Gabriel García Márquez; “cada que leo mis escritos,
me nacen las ganas de corregirlos; pero como ya muchos son clásicos, me es más difícil”.
Aclaremos que la escritura permite al autor y al lector pensar y repensar las
ideas y los modos de representarlas. La lectura dependiendo de las épocas y de
los lectores permite la construcción de nuevas imágenes mentales; permite la adaptación
de las ideas a la tecnología y un estudio más profundo de lo que se escribe, de
quien lo escribe y quien lo lee.
--Así recordamos de Víctor Hugo, la introducción a Notre Dame (el
Jorobado de Nuestra Señora de Paris) cuando nos describe que a la entrada de la
iglesia, al lado de la puesta hay una roca con una marca, que señala, la pena y
el dolor del que allí dejo su huella; señalando para la posteridad, el recuerdo
de su desgracia. –
Para muchos, incluidos los docentes, pasar de lo oral a lo escrito es
cosa fácil; pero la verdad esta es una mala impresión; no siquiera a los que se
nos considera, responsables o trabajadores del aprendizaje, se nos facilita
escribir lo que pensamos, escribir un diario o simplemente plasmar una idea. Y
es que precisar lo que se quiere decir es algo complicado; ya que muchos de lo
que se habla se basa en sobre entendidos; y creemos que al escribir se puede
hacer de la misma manera; pero un escrito así presenta errores en la ilación,
repetición de ideas; una palabra entendida por otra (ya por la ortografía, o
por no estar bien textuada)
Ya lo señala Emilia Ferreiro - SI LOS DOCENTES NO LEEN, SON INCAPACES DE TRANSMITIR EL PLACER DE LA LECTURA- mucho menos el hecho de poder escribir; y es que para escribir necesita haber leído mucho, y aprendido a hilar ideas y conocimientos de varios autores; como diría Asimov aprender a tomar textos de otros textos y adaptarlos a su propio imaginario.
Los maestros a
fuerza de trabajo y de experiencia han aprendido que es en la lengua escrito, donde
aparte de la ortografía y la puntuación; tomas mayor significado la sintaxis y la coherencia – El ejemplo de
Octavio paz en el laberinto de la soledad, Felipe Garrido en su texto la vasija
o en la fiera sin reposo; nos dejan en claro las reglas que rigen las
relaciones entre las oraciones en el texto; así se comprende el modo en que se
articula el sentido. El docente, como diría Teodoro Jesús (asesor del DECAD);
el maestro no aprende con solo manejar las reglas – sino en una práctica
sostenida y rigurosa de la escritura-, motivo por el cual cuando fuimos parte
del Departamento de Capacitación y Actualización Docente (DECAD) Justino,
Carmen, Teresa, Jesús Teodoro, propiciaban una práctica sostenida y rigurosa en
la elaboración de textos por parte de nosotros como asesores académicos.
Y como una vez nos
menciona Gerardo Ciriani, Carola Diez y Laura Nakamura; los escritores
expertos; planifican y organizan, mentalmente o en el papel lo que van a
escribir y releen constantemente el texto que están escribiendo para ajustarlo
a los posibles lectores.
Y es que a ellos además consideran para
quien escriben; así que en esas revisiones ajustan la lectura para el lector
final, corrigen los aspectos normativos, sintácticos y semánticos del textos;
movidos por el interés de comunicar con eficacia; Un claro ejemplo lo
encontramos en el texto el periquillo sarniento; adaptado por Felipe Garrido.
BIBLIOGRAFIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario