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LA PERVERSIDAD QUE SEDUCE LA LABOR DEL
DOCENTE
La
perversidad que consume la vocación del docente; se perciben como distinciones que le dan poder al docente ya
como directivo, maestro frente a grupo y tutor. Estos poderes se basan en la
moral y normalidades establecidas en la escuela por la misma escuela.
Poner
el poder en un docente; es poner algo en donde se piensa que no existe; es
crear hechos, historias y situaciones para ello dispone de un:
·
Conocimiento legitimo
·
La verdad verdadera.
·
Saber engañar y persuadir con maña.
Conseguir los favores de los
padres, de las autoridades locales i de otros miembros de la sociedad. Seducir
implica develar un misterio. Y cuando el misterio desaparece también la
seducción; pues la racionalidad permite explicar, lo que realmente son las
cosas. Esto es se ponen nombres, se evidencias limites; y es allí cuando los
fracasos y los éxitos; las desproporciones y lo esperado.
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