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QUIEN BIEN TE HACE CON UN MAL SE PAGA
Existe una gran cantidad de
personas que realiza el bien si mirar a quien, pero entre ellos encontramos
quienes si piensan en hacer el bien pero a quien sea agradecido, y es que,
esperar que el otro agradezca una dadiva es encadenar a la persona por medio de
favores a cambio de concesiones.
Cuando te apoyan al obtener un
trabajo, un puesto político, una plaza; es porque el que apoya tiene en mente
contar con el apoyo de la persona, para atender asuntos de índole personal es
para ser usado y con ello lograr sus metas personales. Si consideramos las
reglas del poder y el juego del ajedrez veremos que el colocar las fichas
apropiadamente nos brinda seguridad en el juego y el sacrificio de una pieza peón,
caballo, alfil, torre e incluso la reina se hace necesario para que gane el rey.
Si bien te hacen el favor pero porque tu sirves a un bien superior de tipo
altruista; que es el juego del que funge como rey.
Entonces la cadena de favores,
no es que se dé, de gratis, la gente puede usarla en beneficio
propio ò más bien la usa en beneficio personal, para el logro de sus propios
fines; entonces un favor se hace esperando un pago, el pago es el beneficio que
se da al que favorece; pero a su vez se cuenta con el poder de destituir al que
se benefició; esto es a lo que se expone al que acepta un favor.
Pero no todo queda ahí; también el
que paga un favor, puede hacer un mal pago, hacer las cosas de mala gana sin interés;
porque no logra ningún beneficio, del servicio que presta.
Quizá, también hace como que
hace , pero no hace nada, aparentado que apoyo a la persona y dejando a su
suerte; porque hay que entender que el que hace un favor, busca también su
beneficio y el que paga un favor, aparentemente lo paga; la historia está
plagada de estos casos; hay encontramos a la esposa de Don Juan O’Donojù, la cual
despues de ser la mujer más poderosa de Nueva España, murió en la pobreza; y así
podemos encontrar cientos de historias de personas que hicieron favores y luego
no hubo quien les retribuyera y es que mientras tengas el poder la gente te ira
a pedir favores y los hará hacia tu persona o familiares; pero cuando caigas en
la desgracia “ojos que te vieron divina tuerta”.
Aquel que llega a ayudar una vez
cree que con eso basta, pero más bien trata de quitar con una dadiva lo que
apena su corazón, con una moneda, un vaso de agua o una torta se ocupa del pecado
de la omisión porque su trato no es de compromiso su trato es de ir sobre los demás
y sus debilidades; lograr su propio beneficio y su bienestar sobre los otros;
sabiendo además que si no es el será el otro el que ocupe su lugar; y es que la
vida es una y al que le toque la suerte de estar en el banquillo del rey; ha de
disfrutar de este y el que se coloque en el banquillo de los acusados ha de
pagar por los pecados de los otros.
El libre albedrio nos invita y más
en México a decidir en qué banquillo nos habremos de sentar; porque existe
tanta libertad que el que quiere estar muriéndose de hambre ahí vivirá y el que
quiere vivir de los otros ahí estará.
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