ESTAR ACTUALIZADO CADA DIA
LOS ESTANDARES
CURRICULARES Y APRENDIZAJES ESPERADOS
Algo
indudable en el desarrollo humano es el desarrollo limitado de sus capacidades
y competencias; este es el hecho que impone a los hombres la necesidad de
cultivar su propio desarrollo; los estándares curriculares y los aprendizajes
esperados son el mínimo de desarrollo y saberes que en una época y tiempo se
demanda a los que aprenden porque de la
misma manera que el que siembra aprovecha las características de la planta de
la tierra y de los abonos vigorizando la simiente en la tierra para hacer más
eficaz, rápido y seguro el crecimiento de la planta el docente en el aula acrecienta
el saber en los alumnos; porque aunque no existe una simiente cualitativa; las
robustas facultades intelectuales del que aprende; fortalecen, engrosan y
afirman los saberes físicos intelectuales y morales del individuo.
Como
ya es del conocimiento general “el maestro que camina a la sombra del templo es
incapaz de enseñar nada a nadie, solamente conducirle al dintel de su propio entendimiento”
(Gibran Jalil) entonces los estándares curriculares son guías de lo mínimo a
lograr por el individuo; hecho que se demuestra a través de los aprendizajes
esperados que son puertos de entrada y salida que muestran lo que ha aprendido
el sujeto y algunas de las competencias desarrolladas.
El
que trabaja en la escuela ha de comprender que ni el cultivador, ni el educador
pueden crear gérmenes de excelencia; sino cultivarlos, secundando y estimulando
su crecimiento con sujeción a las leyes que rigen la naturaleza del cada
individuo; procurando adaptarse a estas
mismas; respetando las leyes naturales recomiendan al educador adaptarse a la
marcha natural de la evolución física y psíquica del que aprende.
La
educación que se recibe en la escuela básica, que es una educación para todos,
no puede producir frutos donde no existen gérmenes; pero coopera, con éxito profundo
con la naturaleza de cada individuo; fertilizando, estimulando y dirigiendo su
desarrollo; Puede enseñar lo que sea al individuo, siempre y cuando se
encuentre, en su interior, en la simiente de su ser (Sócrates). Por lo consiguiente
la misión del docente; es más digna y meritoria; por lo mismo que entre más
ardua sea en el trabajo que realiza con el alumno; porque esta es menos
caprichosa y servil al realizarse ante alumnos en situaciones difíciles de
aprendizaje; al demostrar avances en sus logros curriculares o de aprendizaje.
The corzo
BIBLIOGRAFIA
Grandes educadores mexicanos del siglo
XX. Compiladores Vicente Fuentes Díaz; Alberto Morales Jiménez. Editorial
Magisterio; segunda edición. México 1993.
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