ESTAR ACTUALIZADO CADA DIA
(Disculpen ustedes las faltas de ortografía; pero siento que esto no demérita el decir que estuve ahí)
YO, ESTUVE AHÍ
Orgullosamente
les digo que este es mi artículo número mil; cuando inicie esta aventura, no sabía
que caminos iba a seguir; pero como una vez me dijo Olaf Fuentes Molinar;
empieza a escribir y la misma escritura te indicara sobre qué es lo importante;
y al igual que Gerardo Ciriani, Carola Diez, Gómez-Palacios, Smelkes, Rosa Haydee,
Neria Rodríguez, Nancy Mendoza, me comentaban que el mismo lector iba a decidir
si era o no bueno lo que leía.
Cuando
Germán Dehesa me permite leer su artículo de porque escribo; le halle un poco
de sentido a escribir; pero no se piense que por ello me volví en una eminencia;
sigo cometiendo faltas de ortografía; teniendo errores en la secuencia lógica de
los textos, en la coherencia de lo que escribo; pero algo muy importante en
todo ello; escribo; y no porque sea bueno o malo; sino porque al escribir;
dejas algo de tu vida y sobre todo demuestras que estuviste ahí. La bitácora de
tu salón de clase; cuando el niño aprende a leer; el informe que elaboras son
documentos que el maestro escribe; sus poesías, cuentos y pensamientos; son
elementos que demuestran que el existió en un tiempo y lugar.
La
vida es un constante descubrimiento y el maestro al escribir va dejando huella
de lo que él es; luego se podrán preguntar ¿Para qué escribe?, ¿Quién va a leer
lo que el escribe? Y volvemos a lo mismo; nunca se sabe; pero muchos
descubrimientos de la humanidad ocultos por el tiempo; al ser encontrados aportaron
la salvación de muchas vidas; un ejemplo es mi propia vida; gracias a que un
doctor leyó un viejo informe; se entero de las facultades de la penicilina y en
cierto momento la produjeron a gran escala; Halley un matemático ingles
revisando los escritos de los frailes de
varios conventos ingleses; pudo justificar en mil seiscientos ochenta y dos el
paso de un cometa en 1758 ; por ello al llevar varios años después de muerto,
se le dio su nombre a este cometa.
El
docente actualmente se enfrenta a la necesidad de escribir como profesionista y
moralmente por el trabajo que realiza al lograr aprendizajes en sus alumnos; al
pulir sus estilos de aprender y al apoyar el proceso cognitivo del alumno; el maestro
además a de conjuntar sus informes en un proyecto que nunca termina y que si
sabe llevar, tendrá quien continúe bajo este lema o su tutela. El va a desaparecer de la
faz de la tierra; pero su obra permanecerá como la de Platón, Aristóteles. Asimov,
Sagan y no sé cuantos nombres que escapan a mi memoria y que tengo presentes
ante mí en más de dos mil libros de mi biblioteca de casa que se encuentra físicamente
y otro tanto que son los virtuales; porque durante toda mi vida he leído textos
de hombre muertos como Unamuno, Sartre, Kehlmann, Hesse, Vigostky, Piaget, Tagore;
Juan Pablo segundo, Becker, Gómez… etcétera; hombres y mujeres que pueden decir
yo estuve ahí.
Cuando
Neruda escribió, al igual que Borges, Antonio Machado, García Lorca y José
Martí fueron personas que escribieron en el lugar de los hechos y dejaron
plasmada su experiencia en sus escritos; así cada docente ha de caer en cuenta
de que al escribir sus experiencias; todos sabremos que él estuvo ahí.
Este
es mi artículo número mil a veces mío, a veces de otro compañero, muchas veces asertivo,
no pocas engañoso o equivocado, pero está aquí para que lo lean y digan por dónde
va el camino correcto; para que se inspiren y vuelvan a escribir para los
maestros; hoy estoy aquí; mañana dirán Félix estuvo ahí.
Es
muy cierto también que hubo compañeros que me pidieron que dejara de escribir,
que era tonto escribir lo que a nadie le interesaba y Rosa Haydee Esparza
Espinosa, que fue la primera amiga que me leyó; me dio ánimos para seguir
adelante; por eso agradezco y es a ella después
de mi esposa a quien le dedico mi articulo mil.
The corzo.
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