ESTAR ACTUALIZADO CADA DIA
NOTREDAM
Cuando hace algunos años el autor de este libro
visitaba o, mejor aún, cuando rebuscaba por la catedral de Nuestra Señora,
encontró en un rincón oscuro de una de sus torres, y grabada a mano en la pared,
esta palabra:
'ANAGKH (Esta palabra griega que
significa «fatalidad» será utilizada posteriormente por Víctor Hugo como título
del capítulo IV del libro VII)
Aquellas mayúsculas griegas, ennegrecidas por
el tiempo y profundamente marcadas en la piedra, atrajeron vivamente su
atención. La clara influencia gótica de su caligrafía y de sus formas, como
queriendo expresar que habían sido escritas por una mano de la Edad Media, y
sobre todo el sentido lúgubre y fatal que encierran, sedujeron, repito,
vivamente al autor.
Se interrogó, trató de adivinar cuál podía
haber sido el alma atormentada que no había querido abandonar este mundo sin
antes dejar allí marcado (en la frente de la vetusta iglesia) aquel estigma de
crimen o de condenación. Más tarde los muros fueron encalados o raspados (ignoro
cuál de estas dos cosas) y la inscripción desapareció. Así se tratan desde hace
ya doscientos años estas maravillosas iglesias medievales; las mutilaciones les
vienen de todas partes tanto desde dentro, como de fuera. Los párrocos las
blanquean, los arquitectos pican sus piedras y luego viene el populacho y las
destruye.
Así pues, fuera del frágil recuerdo dedicado
por el autor de este libro, hoy no queda ya ningún rastro de aquella palabra
misteriosa grabada en la torre sombría de la catedral de Nuestra Señora; ningún
rastro del destino desconocido que ella resumía tan melancólicamente.
El hombre que grabó aquella palabra en aquella
pared hace siglos que se ha desvanecido, así como la palabra ha sido borrada del
muro de la iglesia y como quizás la iglesia misma desaparezca pronto de la faz
de la tierra.
Basándose en esa palabra, se ha escrito este
libro.
DE VICTOR HUGO. El jorobado de Nuestra Señora de Paris.
Marzo de 1834
No hay comentarios:
Publicar un comentario