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lunes, 2 de abril de 2012

LA METAFORA DEL CAMELLO

Hola!








Espero que estes bien, como estuvo el fin de semana, aquí tranquilo, disfrutando en casa y el clima, aunque en la tarde empezó hacer aire. pero todo bien. Esta reflexión para analizar y crecimiento personal.





Salud, Exito y Sonrisas!





Metáfora del "camello"



Había un hombre que tenía diez camellos. Era un mercader que cruzaba el Sahara con frecuencia. En alguna ocasión acamparon en medio del desierto, y ya en la noche le pidió a todos sus ayudantes que atendieran a los camellos, que los ataran, les dieran de beber y por supuesto los descargaran. Los sirvientes usaron estacas para atar con ellas a cada uno de los camellos, pues si se quedaba alguno desatado, podría extraviarse en la noche, y sobre todo, si había una tormenta de arena, cada camello debía ser atado en una sola estaca (dos camellos en una estaca se pueden liar a patadas).





Entonces, bien separados por un metro de distancia, empezaron los sirvientes a cumplir fielmente las órdenes. Descargaron a los animales, les dieron de beber, los alimentaron y ataron a cada estaca. Pero al llegar al camello número diez, para su sorpresa, no tenían la estaca pues se había extraviado en el camino, y como ustedes saben, en el desierto no es fácil poder encontrar objetos perdidos.







Entonces fueron a preguntarle a su amo el mercader: “señor, ¿qué hacemos? Sólo tenemos nueve estacas, ya amarramos a nueve camellos, pero el décimo está suelto, si lo amarramos junto a otro se puede liar a patadas, y suelto se nos puede escapar, ¿qué hacemos con el camello número diez? El mercader sabiamente les ordenó: “simulen ustedes que tienen una estaca en las manos, se ponen frente al camello y fingen que la están clavando e inclusive que la golpean para enterrarla; después lo jalan de la rienda y simulan que la están amarrando. El animal, por instinto, porque lo ha hecho así durante años, se va a creer amarrado y se va a echar”.



Pues bien, los dos escépticos sirvientes se pusieron enfrente del camello y empezaron a actuar. Uno tomó la estaca, el otro empuñó el mazo para clavarla e hizo los movimientos habituales. Finalmente ataron la rienda a la supuesta estaca, con una mirada curiosa, pensando si el camello sabía lo que realmente estaban haciendo. Le dieron el tirón a la rienda y para su sorpresa el camello se echó y se quedó toda la noche dormido. Al día siguiente empezaron a levantar a los camellos, pero cuando llegaron al camello número diez no lo pudieron levantar, así que le gritaron al mercader: “¿Qué hacemos? No se quiere levantar”.



El mercader irónicamente les dijo: — “se les ha olvidado desamarrarlo y quitar la estaca”. “¿Cómo quitamos la estaca si no existe?”. “Ustedes tomen la rienda, hagan la simulación de que la están desatando, el animal por instinto se va a levantar”. Aquellos dos tipos sorprendidos hicieron lo indicado, aventaron la rienda y el animal inmediatamente se puso de pie. Los sirvientes sorprendidos se dijeron entre sí: “este animal no solamente es tonto, es estúpido, ¡qué barbaridad! Actúa por puro instinto”.



Ahora tomate cinco minutos para identificar que te detiene a levantarte, ¿cuáles son las creencias que te limitan y te aprisionan?







Generalmente las primeras ataduras son aquellas que nacen en el seno familiar y luego en las enseñanzas escolares, las relaciones sociales, en el Ego o los miedos. (ricos de espíritu)



Enseñanzas que nuestros padres recibieron y nos lo transmitieron lo mejor que pudieron.



Todo este camino es el que va creando obviamente muchas libertades



Como también “ATADURAS” en nosotros:



Tengo que: ser así



Tengo que: estudiar



Tengo que: cumplir



Tengo que: trabajar



Tengo que……etc.



Postergando el “Quiero ser” que es el que nos libera definitivamente.

JOSE EDUARDO SANCHEZ



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