por Robert Riemen
¿Qué es el nihilismo?
La descripción más concisa sobre este tema es la de Nietzsche que reza así: “Nihilismo: falta la finalidad; falta la respuesta al ¿para qué? [...] los valores supremos se desvalorizan”. ¡Pensémoslo! Para todas las preguntas con las que comencé, esas preguntas no académicas, de la vida real, esenciales, relativas al sentido de nuestra vida, para esas preguntas no habrá respuesta. Porque, como lo hizo notar Nietzsche, no hay valores espirituales atemporales, absolutos, valores que den sentido a nuestra vida y medida a nuestra conducta, que juzguen lo que hacemos y quiénes somos.
Estos valores no existen así como no existe un absoluto; no hay trascendencia. Nada tiene ningún valor intrínseco, todo es relativo, todo puede significar cualquier cosa y, por ende, todo es prácticamente insignificante.
En el siglo XXI al recuperar en la enseñanza en México el sentido de la enseñanza de los valores desde la escuela este es sustituido por la utilidad, y todo individuo decide lo que es útil y cuándo lo es. (sea el utilitaismo de los valores) No hay sentido, no hay finalidad, no hay dignidad.
Nuestra libertad ya no es la difícil libertad que necesitamos para convertirnos en lo que debemos ser; es una libertad total: todo es permisible.
Como los valores espirituales ya no se encuentran definidos por una cultura, en exclusividad y/o por imposición, la libertad se convierte en la indulgencia total de nuestros instintos físicos, en la ley de la naturaleza, la supervivencia del más apto, la voluntad de poder. Habrá violencia, destrucción, autodestrucción.
Esto es el nihilismo; esto es lo que Nietzsche ha predicho para las edades por venir.
Nietzsche ya predecia lo que se manifiesta en el siglo XXI; En donde los seres humanos no son capaces de vivir con el nihilismo y, puesto que la buena fe ya no es tan posible , ni en una generalidad –o, en cualquier caso, era muy difícil–, predijo la edad de la mala fe: la edad de los muchos sucedáneos que reemplazarían a Dios tras su muerte.
. Friedrich Nietzsche, La ciencia jovial. “La gaya scienza”, 2da. edición, traducción, introducción y notas de José Jara (Caracas, Monte Ávila Editores, 1992), fragmento 125. Cursivas en el original.
. Friedrich Nietzsche, Fragmentos póstumos: una selección, edición de Günter Wohlfart, traducción de Joaquín Chamorro Mielke (Madrid, Abada, 2004), fragmento 9 [35] (primavera-verano de 1887). Cursivas en el original.
No hay comentarios:
Publicar un comentario