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sábado, 21 de octubre de 2017

AUTORREGULACIÓN Y AUTOCONTROL DE LA CONDUCTA

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AUTORREGULACIÓN Y AUTOCONTROL DE LA CONDUCTA   

Una de las dimensiones educativas  más importantes de la acción pedagógica del docente al buscar el desarrollo del alumno en  el ámbito moral debe orientarse al desarrollo de competencias y conductas que supongan un alto nivel de autorregulación y autocontrol en el alumno(a).
Considerando que esta es una dimensión que hace necesario formar individuos con el fin de que estén capacitados para regular de manera autónoma su conducta y su actuación en el entorno donde viven, y, al mismo tiempo, estén preparados para presentar conductas singulares basadas en criterios personales y orientados hacia ellos.
Para el actual docente:
A)     La autorregulación y el autocontrol permitirán al alumno/a conseguir los objetivos personales que facilitan mayor perfección de la conducta emitida y pueden colaborar a conseguir un mejor autoconcepto y un grado de autoestima superior.
a.       Se entiende por autorregulación aquel proceso comportamental, de carácter continuo y constante, en el que la persona es la máxima responsable de su conducta.
b.      Para que el individuo sea capaz de presentar este comportamiento, es necesario que conozca las variables externas e internas que influyen en él manipulándolas siempre que sea necesario para conseguir los objetivos deseados.
B)      El autocontrol se define como el resultado comportamental consistente en no llevar a cabo una respuesta de alta probabilidad, es decir, supone un proceso de autorregulación en el cual la respuesta no solamente está determinada por la persona, sino que, además, sería poco probable que se produjera sin el concurso de ésta.
a.        Las estrategias de autorregulación de la conducta están dirigidas a ayudar al alumno(a) a comportarse en función de criterios propios consensuados o escogidos desde fuera, y a ayudar a equilibrar posibles discordancias o faltas de la propia conducta. Estas estrategias pueden agruparse en dos bloques:

1.       Las actividades orientadas para trabajar las condiciones necesarias a todo proceso de autorregulación con presencia del profesor(a). Actividades que procuran desarrollar en el alumnado habilidades y destrezas orientadas a facilitar y optimizar el autocontrol en los ámbitos escolar y social.
2.         Actividades que suponen la práctica de la autorregulación por el alumnado. Suponen un desplazamiento del protagonismo del profesor(a) hacia el alumno(a), de tal manera que éste pueda adquirir competencias autorreguladoras no sólo frente a los problemas de carácter académico o social.

En el primer bloque consideramos aquellos programas de acción pedagógica que permiten aprender técnicas de autoobservación, autodeterminación de objetivos y autorrefuerzo.
A)   Estas tres técnicas pueden ser consideradas como tres fases fundamentales en el desarrollo de las competencias autorreguladoras.
1. Autodeterminación de objetivos: se pretende modificar la conducta del alumnado en función de objetivos o criterios preestablecidos. En los niveles evolutivos inferiores, los criterios los impone desde fuera, el profesor(a). En fases ulteriores, los criterios son propuestos por el alumno(a), aunque siempre en función de su momento evolutivo. Para ser eficaz, la autodeterminación de objetivos debe ir acompañada de recompensas (dar refuerzos positivos o eliminar negativos).
2. Autoobservación: debe permitir al alumno(a) analizar su comportamiento, sus causas y sus efectos. El objetivo es que tome conciencia de su conducta y sea capaz de analizarla como un espectador.
Se tratará de desarrollar habilidades que permitan al alumno/a seleccionar conductas específicas que observar, determinar la forma y el momento en que se dan, plantear estrategias que hagan posible modificar conductas que no son adecuadas y evaluar el grado de optimación. La autoevaluación se trabaja al practicar la autobservación. El proceso central de la autoevaluación consiste en comparar los objetivos propuestos con los autoobservados en la conducta propia. La verbalización o la autoverbalización externa o interna son sistemas que colaboran en la concientización del grado de adecuación de la conducta emitida y de la deseada.
3. Autorrefuerzo: para iniciar una estrategia que lleve a un cambio de comportamiento, es necesario que el alumnado esté motivado intrínsecamente. Las técnicas más útiles en este sentido son los contratos de contingencia y los autocontratos.
En el segundo bloque de estrategias tenemos un grupo de actividades agrupadas bajo los términos de ajuste de conductas, sentido de la responsabilidad, técnicas de autocontrol, autorregulación del estrés y de la tensión, y técnicas de autoverbalización y de verbalización.

Ejemplo: ámbito temático: relación entre iguales.

A. Reconocer que los educandos se encuentran en una situación problemática.
  Previamente, por medio de dilemas morales o ejercicios de comprensión crítica, ha sido evidente la existencia de conflictos reales entre los niños en su realidad cotidiana, asumiendo que necesitan resolverlos dadas sus consecuencias negativas.
B. Darse cuenta de que los educandos están rodeados de variables que pueden originar conductas incontrolables.
  En esta fase, se trata de que los alumnos descubran las causas y las variables que influyen en su conducta, que, a su vez, pueden ser el origen de discusiones y problemas con sus compañeros. Considerando la edad de los niños, el educador deberá ofrecer la ayuda posible para identificar las probables causas de los conflictos.
C.  Formular un plan para prevenir el mal comportamiento.
El plan establecido deberá modificar el entorno, reduciendo al máximo la influencia de las variables que producen la conducta indeseable. En esta tercera fase hablamos de autodeterminación de objetivos, porque se pretende modificar la conducta en función de criterios u objetivos establecidos. Estas tres primeras fases se concretan en la actividad que se presenta en las siguientes cuestiones:
  Piensa en alguna cosa que hagas y que molesta a tus amigos… • ¿Por qué crees que te ocurre esto?, ¿por qué lo haces?... • ¿Crees que podrías hacer algo para que esto no pasara?, ¿qué? • ¿Cómo te gustaría que estuvieran tus amigos, contentos o enfadados?, ¿por qué? • ¿Qué cosas haces que les gusten a tus amigos?
  En esta actividad, el objetivo es que los alumnos reflexionen respecto a su conducta y a las consecuencias de ella en relación con sus amigos.
D. Realización del plan y autoevaluación.
  En una ficha, anota lo que haces para que no se enfaden tus amigos y los resultados que obtienes, y haz un cuadro para cada día de la semana.  La conducta registrada en la ficha puede ser motivo de comentario por toda la clase. El refuerzo afectivo y social de los compañeros y del maestro/a es muy importante en estas edades.

BIBLIOGRAFIA

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