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EL NIÑO CON
RENDIMIENTO INSUFICIENTE
Antiguamente en
mis tiempos de docencia frente a grupo se consideraba que el niño con
rendimiento insuficiente era aquel que no trabajaba de acuerdo a su capacidad y
“potencial”. Para muchos de nosotros este niño reprobaba el año escolar; a
veces con fundamentos otras sin tantos elementos; pero siempre, bajo la teoría del
rendimiento escolar, aceptable siempre y cuando el alumno presentaba problemas
de aprendizaje.
Actualmente,
si el alumno no satisface, el nivel que corresponde a sus diagnósticos, pruebas
y ensayos; los que nos arroja resultados con un rendimiento insuficiente. Por
tanto no se le considera capaz de lograr un rendimiento normal al grupo; lo que
le hace inferior, al rendimiento grupal. Suponiendo, que se cuenta con los
instrumentos suficientes, para justificar propiamente las funciones del alumno
y el cumplimiento de sus logros de aprendizaje; podemos decir propiamente que
la interpretación requiere de un estudio en el cual el docente y el alumno
tienen que encontrar las estrategias para lograr un rendimiento suficiente
acorde a las demandas del programa educativo y del docente.
Un hecho que
conocemos todos los docentes es que el alumno con rendimiento insuficiente al
tener una motivación y diligencia extraordinarias por parte del docente los
padres y el medio despiertan el interés por mejorar el rendimiento y el
esfuerzo de la persona al disminuir los parámetros de aprendizaje haciéndolos menos
rígidos. Sin embargo a los padres con niños de rendimiento de “6”, no les es
tan satisfactorio este rango. En este rengo el niño logra tener mejores
calificaciones con las adaptaciones curriculares; lo que aleja, un bajo parámetro
y mejora el parámetro de los alumnos por la mejora de su potencial.
Pero, si el
alumno, no logra superar los parámetros que nuevamente se establecen requiere
una educación más sofisticada; de mayor profundidad y calidad.
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