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lunes, 15 de mayo de 2017

COSAS OBSOLETAS EN ESCUELAS DEL SIGLO XXI

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14 COSAS OBSOLETAS EN ESCUELAS DEL SIGLO XXI
Decir que la escuela siempre ha sido así no cuenta como justificación legítima para que deba permanecer de esa forma. Alrededor del mundo, maestros y administradores están haciendo cosas asombrosas, como respuesta a todas las nuevas soluciones, investigaciones e ideas.
No estoy diciendo que deberíamos mejorar el sistema actual… deberíamos cambiarlo por otro.
Aquí una lista de 14 cosas que son obsoletas en las escuelas del siglo XXI y espero que inspiren un vivo debate acerca del futuro de la educación.
1. Salas de cómputo
La idea de llevar una vez por semana a todo un grupo a una sala de cómputo con equipo anticuado, para practicar sus habilidades con el teclado y regresarlos al aula 40 minutos después es obsoleta. Las computadoras o la tecnología no deben ser sólo una materia específica, esto ya no es suficiente; más bien, deberían ser una parte integral de todas las materias y estar incorporadas al currículum.
2. Aulas aisladas
Los salones pueden estar aislados en dos formas. Una donde no son bienvenidos los padres, maestros o invitados porque las puertas y cortinas siempre están cerradas… lo cual significa “No entre aquí”. La otra forma de estar aislado es estarlo a todo el conocimiento que está más allá de las cuatro paredes del aula. Por ejemplo, de Internet, videos, blogs, sitios Web y visitas de autores o científicos a través de Skype, solo por mencionar algunos.
Tony Wagner, autor de Global Achievement Gap, dice: “El aislamiento es el enemigo de la mejora”. El aula debe estar abierta, los maestros deben poder caminar en ella y aprender entre sí, los padres deben visitarla a menudo (por ejemplo, en los llamados días adicionales de escuela abierta, donde se invita a los padres a visitar las aulas en cualquier momento del día). Las aulas aisladas son, por lo tanto, obsoletas.
3. Escuelas que no tienen WiFi
Las escuelas que no tienen una sólida red WiFi para el personal y los estudiantes no solo se están perdiendo un gran cambio para enseñar y aprender, sino impidiendo a los alumnos el acceso al conocimiento y sus oportunidades de aprender sobre Internet y el uso de la tecnología de manera segura.
Las escuelas del siglo XXI hacen posible que sus estudiantes y personal aprendan en cualquier parte, las escuelas que no lo permiten son obsoletas.
4. Prohibición de celulares y tabletas
Quitar a los estudiantes celulares y tabletas en vez de usarlos para mejorar el aprendizaje es obsoleto. Deberíamos celebrar la tecnología que los estudiantes traen con ellos y usarla como herramienta de aprendizaje.
Los celulares ya no son sólo dispositivos para enviar mensajes de texto y hacer llamadas… cuando lo fueron, la prohibición estaba bien. Hoy hay más poder de procesamiento en un teléfono celular promedio que al que la NASA tuvo acceso cuando enviaron al hombre a la luna en 1969. No obstante, la mayoría de los estudiantes sólo saben usar estos dispositivos para las redes sociales y para jugar.
Hoy, con el dispositivo de bolsillo, es posible editar una película, hacer un programa de radio, tomar fotos, hacer pósters, sitios Web, blogs, sostener conversaciones y buscar en Google la mayoría de las respuestas de un examen. Debemos mostrar a nuestros estudiantes las posibilidades y convertir estas distracciones en oportunidades de aprendizaje con un alcance mucho más allá del aula.
5. Director de tecnología con permiso de administrador
Tener a una persona responsable del sistema de cómputo, que trabaja en el sótano en una oficina sin ventanas, rodeado de viejas computadoras, que actualiza los programas y le dice al personal qué herramientas tecnológicas pueden o no usar, es obsoleto.
En la actualidad necesitamos de coordinadores de tecnología que sepan lo que maestros y alumnos requieren para tener éxito y que resuelvan problemas en lugar de poner obstáculos. Alguien que ayude a la gente a ayudarse a sí misma dándole responsabilidad, encontrando mejores y más baratas formas de hacer las cosas.
6. Maestros que no comparten lo que hacen
Los maestros que trabajan silenciosamente, no mandan tweets, no bloguean ni discuten ideas con gente de todo el mundo, son obsoletos. Los maestros ya no trabajan en forma local sino global, y es nuestro deber compartir lo que hacemos y ver lo que otros están haciendo. Si un maestro ya no aprende, entonces no debería estar enseñando a otros.
Todos debemos escribir blogs y compartir lo que funciona y lo que no; recibir y dar consejos de colegas de todo el mundo. Debemos estar mejorando de manera constante, ya que el desarrollo profesional no es un taller de tres horas una vez al mes, sino un proceso de toda la vida.
“No aprendemos de la experiencia… aprendemos de reflejar la experiencia”. –John Dewey
7. Escuelas que no tienen Facebook o Twitter
Son obsoletas las escuelas que piensan que publicar un artículo cada dos semanas en su sitio Web y un boletín mensual es suficiente para mantener informados a los padres.
La escuela debe tener una página de Facebook, compartir noticias e información con los padres, tener una cuenta de Twitter y su propio hashtag, poner su propio canal de TV en línea donde los estudiantes filmen, editen y publiquen cosas sobre los eventos escolares.
Si usted no cuenta su historia, alguien más lo hará.
8. Cafetería con alimentos no sanos
Las cafeterías de las escuelas que operan casi como restaurantes de comida rápida, donde personal y alumnos obtienen alimentos baratos, rápidos y no sanos, son obsoletas.
Algunas escuelas en Islandia y Suecia han virado por completo hacia los alimentos orgánicos y pensados seriamente en el beneficio a largo plazo de lo sano, en vez de los ahorros de corto plazo de lo que no lo es. Por ejemplo, en Stora Hammar en Suecia, el 90% de los alimentos que se sirven son orgánicos.
Los chicos deben servir sus propios platos, limpiar después e incluso lavar los platos. No es porque ahorre mano de obra a la escuela sino porque es parte del crecimiento y aprendizaje de la responsabilidad. Algo que también deberían hacer las escuelas del siglo XXI es cultivar sus propias frutas y vegetales, donde los alumnos las rieguen y aprendan sobre la naturaleza. Cada escuela debe además tener una granja para alimentar a sus estudiantes, pero si eso no es una opción (por ejemplo, en las grandes ciudades), pueden al menos instalar una granja de balcón en alguna de las ventanas de la escuela.
La meta al proporcionar a los alumnos alimentos sanos no es solo darles nutrición suficiente para aguantar la jornada escolar, sino hacer de la comida saludable una parte normal de su vida diaria y hacerles pensar en la nutrición, que es algo que les beneficiará el resto de su vida.
9. Iniciar la escuela a las 8 am para los adolescentes
La investigación ha demostrado una y otra vez que los adolescentes se desempeñan y se sienten mejor en escuelas que empiezan más tarde. A menudo, padres y administradores necesitan adaptarse a ese cambio. La investigación (por ejemplo, de The Journal of Developmental and Behavioral Pediatrics) muestra que demorar el inicio de la escuela en apenas 50 minutos y, en su lugar, extender la salida en 30 minutos, tiene un efecto positivo tanto en el aprendizaje como en las actividades posteriores a la escuela. Las escuelas que no hacen esto, son obsoletas.
Comenzar más tarde es fácil y el maestro puede usar el tiempo adicional en la mañana para preparar la clase… Es una situación de ganar-ganar.
10. Comprar diseños de pósters, folletos y sitio Web para la escuela
Cuando su escuela requiera de pósters, folletos o un nuevo sitio Web, no deben adquirirse de un tercero (aunque en algunos casos puede ser); en vez de ello, sus alumnos pueden hacerlo. En las mejores escuelas del futuro, habrá las que lo hagan como un proyecto real que tenga significado y como un proyecto de colaboración en lengua, tecnología y arte.
11. Bibliotecas tradicionales
Las bibliotecas que solo contienen libros y mesas de ajedrez son obsoletas.
Una biblioteca del siglo XXI debe ser el corazón de la escuela y un lugar donde tanto alumnos como personal puedan relajarse, leer, obtener asesoría, tener acceso a poderosos dispositivos, editar videos, música, imprimir en 3D y aprender a programar, por mencionar algunos. El espacio de aprendizaje del siglo XXI debe dar a la gente una oportunidad igual de usar estos dispositivos y acceder a la información. En caso contrario, las bibliotecas se volverán museos donde la gente vaya a mirar todo lo que solíamos utilizar.
12. Todos los alumnos obtienen lo mismo
Poner a los niños en el mismo grupo sólo porque nacieron en el mismo año es obsoleto. Los sistemas escolares se establecieron originalmente para satisfacer las necesidades de la industrialización. En aquel entonces, requeríamos de gente para trabajar en las fábricas, la conformidad era lo correcto y no se suponía que nadie sobresaliera o fuese diferente en ese entorno. Futuro aparte, eso no se ajusta a nuestras necesidades actuales, pero todavía muchas escuelas están establecidas como las fábricas a las que alimentaban hace 100 años.
Debemos aumentar las decisiones, dar a los niños el apoyo para florecer en lo que les interese y no solo darles atención adicional en las cosas en las que van mal. En la mayoría de las escuelas, si eres bueno en arte pero malo en alemán, te dan lecciones de alemán para ponerte al corriente con los demás alumnos, en vez de fomentar la excelencia en arte… ¡Todos parejos, todos igual!
LA educación debe ser individualizada, los estudiantes deben trabajar en grupos sin importar su edad y la educación debe construirse en torno a sus necesidades.
13. Un taller de desarrollo profesional para todos
Una escuela que solamente envía a todo su personal a una taller una vez al mes, en donde todos obtienen lo mismo, es obsoleta. Por lo reguilar el desarrollo profesional es de arriba hacia abajo, en vez de a la inversa donde cada quien obtiene lo que desea y necesita. Esto se debe a que dar a cada uno (incluyendo a los estudiantes) lo que necesita y desea, cuesta tiempo y dinero.
Con cosas como Twitter, Pinterest, artículos en línea, libros, videos, cooperación y conversaciones, los empleados pueden personalizar su desarrollo profesional.
14. Pruebas estandarizadas para medir la calidad de la educación
Ver las pruebas estandarizadas para evaluar si los niños se están o no educando es lo más tonto que podemos hacer y da una visión superficial del aprendizaje. Los resultados, aunque moderadamente importantes, miden solo una parte de lo que queremos que nuestros niños aprendan y, al concentrarnos en estos exámenes estamos acotando su currículum. Alfi Kohn señaló incluso una correlación estadística importante entre las calificaciones altas en exámenes estandarizados y un enfoque superficial hacia el aprendizaje.
En la actualidad, el mundo actual y las necesidades de la sociedad son completamente diferentes a lo que solían ser. No sólo estamos capacitando gente para trabajar en forma local, sino global. Con una prueba estandarizada como PISA, estamos reduciendo el currículum, y todos los países de la OCDE están enseñando lo mismo. Debido a ello, todos producimos el mismo tipo de trabajadores, trabajadores anticuados, para trabajar en las fábricas. Personas que pueden cumplir, comportarse y ser como todos los demás.
En el mundo global de hoy es más fácil contratar mediante outsourcing a quien esté dispuesto a hacer el mismo trabajo, con la misma velocidad y por menos dinero. Por lo tanto necesitamos personas creativas que puedan hacer algo más y pensar diferente.
Andrea Schleicher (2010) dijo: “Las escuelas tienen que preparar estudiantes para trabajos que aún no se han creado, tecnologías no inventadas y problemas que no sabemos que surgirán”.
La educación estandarizada pudo alguna vez haber sido la respuesta, pero decir que es obsoleta es decir poco y solo una forma de intentar reparar un sistema fracturado. Los resultados de dichas pruebas están, de acuerdo con Daniel Pink (2005), en contradicción directa con las habilidades que hoy requerimos. Dichas habilidades son, por ejemplo, diseño, narración, sinfonía, empatía, juego y significado.
Deberíamos estar resolviendo problemas reales, formulando preguntas que importan en vez de recordar y repetir hechos. Los logros de los adultos están, por mucho, más fuertemente vinculados a su creatividad que a su IQ, y deberíamos estar celebrando el conocimiento e intereses diversos en vez de intentar estandarizar el conocimiento y las habilidades.
Me pregunto si las escuelas cambiarían a fin de cuentas su rumbo si diseñáramos una nueva prueba estandarizada que no midiera la numeralidad la ciencia y la alfabetización sino las habilidades de empatía, pensamiento creativo y comunicación… Tal vez solo eso necesitamos.
Consideraciones finales
Todos los sistemas educativos del planeta están siendo reformados, pero yo no creo que sean reformas lo que necesitamos. Necesitamos una revolución y transformar el sistema educativo en algo más. No es una tarea fácil, aunque S.E. Phillips dijo una vez:
Vale la pena luchar por aquello que vale la pena tener
Hacer algo nuevo y obtener bajos resultados en el viejo examen no debe sorprender a nadie. Qué caso tiene hacer algo nuevo y diferente si obtenemos los mismos resultados en las pruebas estandarizadas… entonces, puede ser que también hagamos educación tipo fábrica, conformar y cumplir.
“Si hubiera preguntado a la gente qué quería, habrían dicho: caballos más rápidos”. –Henry Ford
Esto es exactamente lo que estamos haciendo hoy. Pidiendo a nuestros alumnos que memoricen más, escriban mejor y repitan más rápido que antes… tal como deseábamos el caballo más rápido, cuando en realidad debíamos estar pidiendo el automóvil. Es seguro que el auto no fue mejor que el caballo en un principio y tampoco nuestro sistema educativo será mejor o perfecto. Nunca será perfecto, debe estar en constante evolución.
No sé cómo luce un sistema de educación perfecto, y no creo siquiera que exista. Pero creo que si hablamos, intentamos algo distinto, nos equivocamos hacia adelante, investigamos y compartimos lo que hacemos, podemos acercarnos mucho más.
Si usted desea un cambio en la educación, debe iniciar en su propia aula.
“La educación puede fomentarse de arriba hacia abajo, pero sólo puede mejorarse desde la base”.
– Sir Ken Robinson

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