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¿QUÉ
ES LA DISLEXIA?
La dislexia es un trastorno
cognitivo, de carácter persistente y específico. Esto
quiere decir que es continuo, no es una etapa sino una característica, y que
afecta a un aspecto concreto del aprendizaje que se da en niños que no
presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural, y cuyo origen
parece derivar de una alteración del neurodesarrollo.
Pocos padres la detectan, aunque es relativamente frecuente. Se suele confundir
con retraso en el aprendizaje, falta de madurez o limitación en la capacidad
lecto-escritora.
Si tienes dudas respecto a tu hijo, observa
si le cuesta escribir o reconocer letras o símbolos. Al niño disléxico
le cuesta transformar las imágenes en sonidos, por eso el primer síntoma suele
aparecer cuando empieza a aprender a leer y todo se complica para él. Es
muy importante diagnosticarla a tiempo para poder tratarla, ya que si
no, se corre el riesgo de que el niño acabe siendo un inadaptado en la escuela
con los consiguientes problemas de conducta que eso acarrea.
Y tranquilos, sólo es una percepción
diferente del mundo, ser disléxico no tiene nada que ver con la inteligencia ni
con el esfuerzo.
Señales
de que tu hijo puede tener dislexia:
1.
Problemas con el orden de las secuencias: días de
la semana, meses, años.
2.
Omisión o colocación inadecuada de letras al
escribir.
3.
Falta de concentración y atención.
4.
Dificultad para aprender el alfabeto y las tablas
de multiplicar.
5.
Problemas para recordar el nombre de las cosas.
6.
Habilidad manual por encima de la lingüística.
7.
Dificultad para aprender a leer y a escribir.
8.
Se expresa mucho mejor hablando que escribiendo.
9.
Pobre comprensión lectora, necesita leer varias
veces el texto a asimilar.
10.
Es compulsivo con el orden o extremadamente
desordenado.
11.
Tiene poca coordinación motriz y falta de
equilibrio.
12.
Es creativo e imaginativo.
13.
Aprende mejor experimentando, haciendo cosas con
las manos.
La
dislexia como algo positivo. ¿Es posible?
Ron Davis, en su libro El
Don de la dislexia, nos dice que el pensamiento en
imágenes de un disléxico es de 400 a 2000 veces más rápido que el
pensamiento verbal y además es mucho más completo, profundo y amplio, debido a
que una imagen se ajusta mejor a lo que una palabra quiere expresar o
significar.
Esto es un buen comienzo pero hay
más: cuando el aprendizaje es experimental, una persona con pensamiento visual
(persona disléxica) será capaz de comprender más rápidamente que una persona
con pensamiento verbal. Muchos adultos disléxicos acaban teniendo trabajos
que requieren capacidad espacial, como arquitectura, diseño,
escultura… pues visualizan los proyectos antes de hacerlo sin dificultad.
Suelen ser más intuitivos que otras
personas, gracias a las imágenes mentales que usan que
evitan procesos largos de deducción. Por ejemplo, pueden saber las respuestas
de los problemas matemáticos sin preocuparse de los pasos convencionales a
seguir, no les hace falta usar lápiz y papel. En realidad es un tipo de
razonamiento muy desarrollado. La teoría de la relatividad de Einstein le
llegó como una intuición: para él el concepto era simple, para una persona
normal es casi incomprensible.
También son más curiosos que la
mayoría de las personas, debido a que su pensamiento va más rápido y usan
todos los sentidos para reconocer el entorno. Ha habido en la historia muchos
genios disléxicos como Albert Einstein, Thomas Edison y
artistas como Leonardo Da Vinci o Walt Disney, para los que la
dislexia no fue rechazada sino aprovechada para su evolución personal.
Así que si tu hijo tiene dislexia
diagnosticada, aprovecha sus capacidades y úsalas como una ventaja en su vida,
porque seguro pueden serlo.
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