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JUEGOS INFANTILES PARA
FORTALECER LA AUTOESTIMA EN LOS NIÑOS Y JOVENES
13 juegos para fomentar la autoestima en el
aula
Usar
un lenguaje positivo y hacer que el alumno se sienta valioso por lo que hace es
esencial para su desarrollo
La tendencia a centrarse en lo
negativo para corregir es un error.
Cada
vez más centros, y profesores a título particular, piden herramientas para trabajar
las emociones y la autoestima en el aula, como parte de la formación integral
de sus alumnos. Puede ayudar a prevenir males mayores, conflictos, casos de bullying y acoso escolar, en ocasiones con un
final dramático. Las educadoras de la escuela infantil Arlequín, en Fuenlabrada (Madrid), han
realizado cursos para iniciar un programa de inteligencia emocional este año.
“Hacemos asambleas donde decimos si estamos contentos o tristes, enfadados o
aburridos; trabajamos la empatía y la asertividad”, enumera la directora, Laura
Santana.
La
escuela de desarrollo emocional y social Afectiva organiza una
extraescolar en el colegio público Francisco Arranz a instancias de la
asociación de padres y madres de alumnos (AMPA). “Ha de ser una autoestima
ajustada y realista; que sean conscientes de sus cualidades y capacidades, pero
también de en qué pueden mejorar, de cuáles son sus limitaciones”, matiza
Raquel Burguillo, una de las psicólogas del equipo de Afectiva.
“Lo fundamental es pensar lo que decimos a los
demás, lo que nos dicen y lo que sentimos”, dice una psicóloga
“No
hace falta hacer cosas muy complicadas, a veces basta con consejos pequeños y
cotidianos aplicados de manera constante”, interviene Rocío López, maestra
especializada en innovación y directora de comunicación del portal Edúkame.Algo tan básico
como reconocer las cualidades de los niños. “Tenemos tendencia a centrarnos en
lo negativo, para corregir”. Y no caer en lo que los expertos denominan
profecías autocumplidas: “No vas a ser capaz”, “Eres un pesado”… El
interpelado, efectivamente, termina por no ser capaz y ser un pesado. “Un buen
profesor sabe potenciar la autoestima de sus alumnos elogiando los pequeños
progresos y esfuerzos realizados; para ello debe usar un lenguaje positivo,
hacer que cada alumno se sienta valioso por lo que es, por lo que siente y por
lo que hace”, tercia la psicóloga infantil Sara Tarrés, que ofrece varias
recomendaciones más: “Ayudar al desarrollo de aptitudes que el niño tenga,
fomentar la comunicación, trabajar hábitos de estudio, huir de las
comparaciones y etiquetas, evitar resaltar las cualidades negativas delante de
otros niños o adultos, criticar de forma constructiva los trabajos realizados”.
El
juego, asegura Tarrés, es “primordial para el desarrollo de la autoestima del
niño”. A continuación proponemos algunos.
Infantil
Carteles
con autoconceptos. El profesor coloca en distintas partes de la
clase carteles con cualidades académicas, sociales o físicas. “Soy simpático”,
“Juego muy bien al fútbol”, “Soy listo”. Los carteles son como los de algunas
publicidades, con pequeñas pestañas con el teléfono del anunciante en su parte
inferior. Los niños corren hacia el cartel que creen que los define mejor,
arrancan una de sus pestañas y la pegan en un dibujo de ellos mismos que
previamente han realizado.
La
silla caliente. Un alumno se sienta en una silla y el resto
va pasando por delante diciéndole qué le gusta de él o ella, o qué le hace
sentir bien. “Vemos cómo algunos se ruborizan o se sienten incómodos; no están
acostumbrados a que les digan cosas positivas”, constatan desde el equipo de
Afectiva.
Juego
de las estatuas. Sirve para trabajar las emociones. Mientras
suena la música, los niños bailan; cuando para, cada uno debe quedarse quieto,
reflejando una emoción en su rostro, y sus compañeros han de adivinar de qué
emoción se trata.
Primaria
Reparto
de estrellas. Los niños se sientan en el suelo, en círculo.
El maestro dice algo positivo de cada uno al tiempo que le entrega una estrella
de papel o pegatina. A lo largo de la sesión, cada niño debe decir algo
positivo de los compañeros que tiene a ambos lados mientras les entrega una
estrella. “Lo fundamental es pensar en lo que decimos a los demás, lo que nos
dicen y lo que sentimos”, plantea la psicóloga Sara Tarrés.
Caja
del tesoro oculto. El docente esconde un espejo en una caja y
explica que dentro hay un tesoro único. “Generaremos así expectativa”, aduce
Tarrés. Los alumnos abrirán la caja de uno en uno, sin decir a nadie lo que
contiene. Al final, el profesor les pedirá que digan en voz alta qué tesoro han
visto, y les preguntará por aquello que ellos creen que los hace únicos y
especiales, irrepetibles, maravillosos.
Las
gafas positivas. El maestro pedirá a sus alumnos que hagan el
gesto de ponerse unas gafas imaginarias y muy especiales, a través de las
cuales verán solo lo positivo que hay en el mundo. Cada uno se dibujará en el
centro de un folio, indicando su nombre. Estos folios irán pasando de mesa en
mesa y los niños, todos con sus gafas positivas colocadas, irán escribiendo
cualidades de sus compañeros. “Me ayuda con los deberes” o “Aprende muy
rápido”. Es importante que el docente también haga su aportación, firmada.
“Estos mensajes alimentarán la confianza del niño a través del reconocimiento
de los compañeros y del docente, que es un referente clave en su vida”,
sostenía Rocío López en un artículo publicado en la revista Educación 3.0.
Una
variante de esta dinámica consiste en que cada niño o niña se cuelga un folio
en la espalda con su nombre y el resto escribe cosas buenas de él o ella. Para
terminar, todos comparten sus impresiones y emociones en una asamblea.
Juego
de mímica. Cada chaval anota cosas que se le dan bien y
otras que le gustaría mejorar. A continuación expone, utilizando la mímica,
aquello en lo que es bueno, y sus compañeros tendrán que adivinarlo.
Hoy
te enseño yo. Actividad que también funciona en secundaria.
Se trata de organizar en el aula minitalleres impartidos por los propios
alumnos, a los que podrá apuntarse el resto de la clase. Los pequeños profesores
diseñarán sus talleres en función de sus propios intereses, mostrando, por
ejemplo, cómo hacer un truco de magia, cómo dar muchos toques con el balón sin
que caiga el suelo, cuánto saben sobre Star Wars o cómo programar un
videojuego.
Secundaria
Hay
una carta para ti. Cada alumno escribe tres virtudes y tres
defectos que crea tener en una hoja de papel, que guardará en un sobre. El
sobre irá pasando por todos los compañeros, que habrán de sumar otras tres
cualidades, pero no defectos. Cada alumno leerá todo lo bueno que los demás
piensan de él. “El objetivo es que lleguen a entender que todos somos distintos
y, si bien todos tenemos defectos, también tenemos muchas cualidades que el
resto aprecia”, argumenta Tarrés.
Anuncios
de contactos. A la entrada del aula se coloca un folio con
dos columnas: en la primera, cada alumno indicará qué puede ofrecer a los demás
(enseñar matemáticas, coger las cosas de los armarios más altos); en la segunda
escribirá sus necesidades, o qué le gustaría aprender de sus compañeros (clases
de dibujo, apoyo en ciencias). “Descubrimos a nuestros alumnos cualidades y
capacidades de sí mismos que desconocían o creían no tener, y reforzamos su
vínculo con compañeros y maestro, favoreciendo su inclusión dentro del grupo”,
dice López.
Véndete. Los
chicos y chicas habrán de inventarse un anuncio para venderse a ellos mismos,
lo que les supondrá reflexionar sobre sus cosas buenas, para que los demás los
compren. Lo expondrán delante de sus compañeros.
¡Fuera
etiquetas! La dinámica permite reflexionar sobre las
etiquetas, buenas y malas, que vienen impuestas desde el exterior y que nos
condicionan. Vago, torpe, desordenado, guapo, empollón. El alumno las escribe
en pegatinas blancas y se las va pegando por el cuerpo. Tras una puesta en
común en asamblea, decide con cuáles se queda y se quita las que no quiere.
“Les ayuda a entender que vale, me han puesto etiquetas y las he aceptado, pero
tengo el poder de cambiarlas o quitármelas”, indica el equipo de Afectiva.
Comunidad educativa
Buzón
de sugerencias. Que los conflictos no se queden cociéndose en
silencio, que los problemas salgan a la luz y se hablen resulta fundamental
para detectar a tiempo, antes de que sea demasiado tarde, casos de baja
autoestima, bullying o acoso escolar.
Desde este convencimiento, el equipo de Afectiva propone un buzón de
sugerencias, para todo el centro o por aula, donde los alumnos puedan
comunicarse, escribir sus quejas, expresarse sobre lo que les gusta y lo que no
de su grupo o de su centro.
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