LA GAMA DEL SABER HUMANO

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LA GAMA DEL SABER HUMANO

El domingo por la tarde viendo la película la calavera de cristal, me di cuenta de que existe una clase de personas, aunque muy reducida, que no aspira a la riqueza, honores o reconocimientos; su máxima aspiración se encuentra en conocer la gama del saber humano.

Durante el tiempo que llevo en la esquina del saber y al estar en contacto con personas y personajes no solo del país, sino a nivel internacional; he encontrado que este reducido número de personas siente gran placer de conocer y aprender sobre el saber humano; lo que me recuerda una anécdota de John F. Kennedy, que al saberse presidente de los USA y empezar a recibir informes sobre economía, producciones agropecuarias, ganaderas, pesqueras, maquinaria, informes de guerra se dio cuenta de cuan poco conocía y decidió encerrarse en la biblioteca de la casa blanca y dedicarse a leer y releer para llegar a comprender la información que recibía de todas las partes del país; dar su opinión y dictar leyes.

Encontramos este ejemplo muy estimulador, pero si pensamos que actualmente solo un reducido grupo de hombres y mujeres docentes en el transcurso de la historia moderna en estos 30 años se han sentido atraídos y han logrado acceder a toda la gama del saber humano: las letras, las ciencias, la filosofía y la psicología. Lo que ellos manejan desde las aulas rebasa el ámbito de la especialización en una sola disciplina para sobrevolar el vasto panorama de la erudición humana. Su función en el aula no solo ha sido trasmitir un programa, sino estrategias para ganarse la vida; las herramientas intelectuales que han desarrollado se constituyen en un soberbio instrumento educativo a la par del desarrollo del programa educativo; lo que es un notable tributo a la sociedad en la que sirven. Ahí se encuentra la maestra Neria Rodríguez, Samuel Avilés, el maestro Hipólito, que son docentes que siguen promoviendo cambios en esta sociedad de modernización.  En cierto modo cada uno de ellos viene a relatarnos su evolución social y la manera en que retribuyen a su nación lo que han recibido; cultura, educación, valores morales, humanitarios etc.; así que de manera paralela al ser biológico y al ser intelectivo forman episodio final de la historia educativa del siglo XX.

Aunque podemos discernir que el hecho de que se mencionen como ejemplo no cubre a otros cientos a miles como Rosa Haydee Esparza, Aurelio Mendoza, Marco Arturo Niño, que son docentes frente a grupo que luchan día a día en la formacion de los nuevos ciudadanos para el siglo XXI; docentes reales que se empapan una y otra vez con el saber humano y que se sienten cada día más pequeños porque el saber les rebasa y es poco el tiempo para empujar a los alumnos a aprender a aprender y aprender a vivir en base a lo que saben hacer con conocimiento razonado.

Las prevenciones de John Dewey, Juan Jacobo Rousseau, Piaget, Vigotsky, Bloom formuladas a lo largo de dos siglos, siguen teniendo vigencia. No obstante, se han producido significativos avances en la investigación pedagógica en el manejo de las tecnologías de la información y educación donde muy atinadamente se conceptualiza de vital importancia en el marco de la educación el cuestionamiento, la practica en el momento de hacer aprender, de aprender por tanteo, con conocimiento y aceptando las consecuencias de los actos realizados.

Son pocos los maestros que actualmente innovan en educación y solo tratan de cumplir un programa educativo desechando en este afán la gama de saberes de los seres humanos, la cultura de sus pueblos, la suya propia y de las comunidades en las que ejerce.

Al análisis del comportamiento de docente, filosofo, ingeniero, arquitecto, obrero o simplemente un ser humano el número de funciones de aprendizajes es infinitesimal porque la base del mismo está en su interés por ampliar y conocer.

La idea de la curiosidad científica posee un grado de complejidad que va de la burdo a lo fino, ya que sigue como en un caudal aquello que le interesa y le hace comprender mucho mejor la vida; por ejemplo, contiene una larguísima molécula de ADN arrollada de forma helicoidal, con lo que ocupa un espacio mucho más reducido del que necesitaría en el caso de que se presentara completamente extendida. Dicha molécula de ADN está fragmentada en bloques o unidades autónomas unidos de forma similar a los peldaños de una escala de cuerda. Dichas unidades reciben el nombre de nucleótidos, de los que existen cuatro variedades. El lenguaje de la vida, el caudal de información hereditario, viene determinado por las diferentes disposiciones de los cuatro tipos de nucleótidos distintos. Así pues, podemos decir que el lenguaje de la herencia está escrito en un alfabeto de sólo cuatro letras...

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Así que para ser mejores es necesario involucrarnos en la gama del saber humano e involucrar a otros.

The corzo.