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sábado, 6 de abril de 2013

MAESTRO, DOCENTE, ENSEÑANTE O ACOMPAÑANTE

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MAESTRO, DOCENTE, ENSEÑANTE O ACOMPAÑANTE
Maestro recuerda que lo que ofreces a la escuela es fuerza de trabajo; pero lo que compartes no es material es una de las más grandes riquezas que es lo espiritual y cognitivo; es que tú te das cada día un poco.
                Nadie más excepto la madre la madre de cada uno de nosotros se da un poco cada día; la madre nos da la vida; el docente te prepara para vivirla; entonces el maestro se da y regala un poco de su propia vida cada día.
                Por esto mismo tienen que llenarte de vida, de buenas ideas, hábitos, fortalezas, porque cada día es lo que abras de dar; harás lo que el señor multiplicaras no el pan pero si tus alegrías, el amor por las cosas y por la vida que tienes y le darás a cada niño su entrega para que el la multiplique.
                Tu costal nunca se verá vacio; pero llénalo de alegría, de cosas dulces, de recuerdo llenos de ilusión, de esperanza y de saberes. Porque quienes dan con alegría de eso mismo reciben su recompensa. Quienes dan con ciencia, reciben los dones de la vida. Porque Dios habla por medio de las manos y el que apoya, acaricia y levanta; recibe en recompensa, apoyos, caricias y dones.
                Aquel que ve por sus ojos cosas llenas de luz, en este mundo de oscuridad y sonríe a la tierra; recibe de esta sus dones y su dulzura; pues la amargura se vuelve azúcar cuando llega hasta él.
                El docente aprende a dar lo que le piden; pero es mejor cuando aprende a dar sin que le pidan; porque conoce y ve las necesidades de las personas con las que trabaja y se enseña a dar sin que le pidan. Porque el que es generoso en su corazón busca más que recibir; el poder dar; y que mejor regalo se da a los alumnos que es la luz del conocimiento y las estrategias para movilizar al mismo; porque cada día el niño merece que se llene su copa y reciba su porción de pan; para que solo en el futuro comparta y ayude en su vejez a quienes le formaron en la niñez.
                El buen docente no deja que la gratitud de los que fueron sus alumnos le ahogue y le aleje de la realidad hasta el grado de crear un yugo para quien le conoce o se acerca a él; más bien da alas para que vuelen a nuevos nidos y puedan llegar muy alto para divisar nuevos horizontes; porque eso es uno de los grandes dones de la educación. El maestro ayuda al alumno para que le crezcan las alas y pueda partir en busca de mejores parajes.
                Porque la formación que se da en las escuelas para los niños, significa formar creadores; no seres conformistas, sino innovadores  e inventores de un mejor lugar donde vivir.
 
 
The corzo
 
 

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