ESTAR ACTUALIZADO CADA DIA
EL PROPIO ESFUERZO
Cada día los
maestros y los padres de familia trabajan con los alumnos, apoyándolos en su
labor de desarrollar estrategias de aprendizaje. Para muchos el que hace que el
alumno aprenda es el maestro con la ayuda del padre de familia; pero la verdad
que el aprendizaje se logra bajo el propio esfuerzo del alumno.
Pues, bien se
sabe, que el alumno que dedica tiempo en repasar sus libros, en tratar de
mejorar su letra; en preguntar imitar y apoyarse en el docente es en verdad el
que por medio de su propio esfuerzo desarrollar los aprendizajes y es que nadie
puede hacer nada por otros; uno es el que se forja el camino a través de sus
esfuerzos, de la autodisciplina. Ya Sigmund Freud, nos incita a considerar que “uno
debe ser soberbio consigo mismo”; y que el docente ha de ser paciente y comprensivo
con el alumno hasta lograr llevarlo al dintel de su propio entendimiento.
El propio
esfuerzo es lo que en verdad hacen al buen estudiante, al buen maestro y ningún
otro elemento es capaz de superar esta ley. Para aclarar el hecho, contaremos
una pequeña historia:
Una hermosa
mañana, de primavera, un joven contemplaba desde el puente, con aire de
afligido, el paso de unos pescadores de caña que regresaban del rio con los cestos
colmados de pescado.
¿Cuántos
pescados lleváis?
Pregunto a
uno.
Cuarenta y
ocho. Le contesto el pescador.
¡Si fueran míos,
sería feliz!
Exclamo el
muchacho, porque podría venderlos para obtener comida.
Un
viejo pescador, que aún permanecía pescando, oyó las palabras del joven y le
dijo: Pues, yo te daré otros tantos y tan buenos, si quieres hacerme un pequeño
favor.
¿Cuál? Tan solo sostenerme la caña dentro del agua
mientras voy a hacer un recado que me llevará poco tiempo.
Acepto
gustoso el joven y se instaló en el ligar del viejo. A poco rato empezó a impacientarse,
calculando que el pescador tardaba más de lo necesario; de pronto se puso de
buen humor al ver que los peces picaban. Y cuando el pescador volvió ya había sacado
muchos más de lo calculado.
Mirándolo
en viejo socarronamente y, viendo que en el cesto había tantos pescados como el
muchacho había codiciado, se los dio y le dijo:
Cumplo
mi promesa, aquí los tienes. Ahora solo me resta decir, que cuando veas a otros
adquirir con su propio esfuerzo lo que tú necesitas; no malgastes el tiempo en vanos deseos, ni en inútiles lamentaciones. ¿Echa
el propio anzuelo, con tus propias manos?
Fortalecer
el autoestima del educando, apreciar su esfuerzo y lograr que el aprecie el
suyo propio y el de sus compañeros; es el papel del docente y de los padres,
ante los alumnos y la sociedad.
BIBLIOGRAFIA
SELECCIÓN DE TEXTOS LITERARIOS V;
Editorial Gurria, México, enero 2007.
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