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Comprensión lectora
La comprensión es el proceso
de elaborar un significado al aprender las ideas relevantes de un texto y relacionarlas con los conceptos que ya tienen un
significado para el lector.
Es importante para cada persona entender y relacionar el texto con el
significado de las palabras . Es el proceso a través del cual el lector
"interactúa" con el texto. Sin importar la longitud o brevedad del párrafo.
La lectura
es un proceso de interacción entre el pensamiento y el lenguaje, el lector
necesita reconocer las letras, las palabras, las frases. Sin embargo, cuando se
lee no siempre se logra comprender el mensaje que encierra el texto; es
posible, incluso, que se comprenda de manera equivocada. Como habilidad
intelectual, comprender implica captar los significados que otros han
transmitido mediante sonidos, imágenes, colores y movimientos.
La comprensión lectora es un proceso más complejo que
identificar palabras y significados; esta es la diferencia entre lectura y
comprensión. Es una habilidad básica sobre la cual se despliega una serie de
capacidades conexas: manejo de la oralidad, gusto por la lectura, pensamiento
crítico. Es una tarea cognitiva que entraña gran complejidad: el lector no solo
ha de extraer información del texto e interpretarla a partir de sus conocimientos
previos y metas personales sino que, además, ha de reflexionar acerca del
proceso seguido para comprender en situaciones comunicativas diversas.[1]
La comprensión es considerada como un proceso activo por
su naturaleza y complejo por su composición. “… es indispensable un proceso de
texto a subtexto, aquello que constituye su sentido interno central de
comunicación”.[2]
Es por ello necesario un proceso de intercambio lector-texto en que se integren
los elementos lingüísticos y sociolingüísticos a través de diferentes tareas y
en la que se orienten las estrategias de aprendizaje para que ayuden a que la
comprensión se realice con mayor facilidad y el aprendizaje sea más eficaz.[3]
La lectura comprensiva requiere que el lector sea capaz de integrar la
información en unidades de sentido, en una representación del contenido del
texto que es mucho más que la suma de los significados de las palabras
individuales.[4]
Las investigaciones llevadas a cabo por Rockwell (1982),
Collins y Smith (1980) y Solé (1987), revelan que tanto los conceptos de los
docentes sobre lo que es aprender a leer, como las actividades que se llevan a
cabo en las aulas no incluyen aspectos relacionados con la comprensión lectora.
Esto pone de manifiesto que los docentes comparten mayoritariamente la visión
de la lectura que corresponde a los modelos de procesamiento ascendente según
los cuales la comprensión va asociada a la correcta oralización del texto. Si
el estudiante lee bien, si puede decodificar el texto, lo entenderá; porque
sabe hablar y entender la lengua oral. Esta teoría tuvo tanto arraigo que aún
hoy día los sistemas escolares basan en ella la enseñanza de lectura. Nuestro
país no es una excepción, baste a manera de ejemplo, echar un vistazo a las
guías curriculares de los programas de español y a los libros de texto
existentes. Encontramos un sinnúmero de recomendaciones y ejercicios que sólo
pretenden que los estudiantes extraigan el significado del texto.[5]
Habilidades
para la comprensión lectora[editar]
- Activación de conocimientos
previos
- Anticipación
- Predicción
- Observación
- Monitoreo
- Inferencia
- Paráfrasis
- Análisis
- Conclusión
https://es.wikipedia.org/wiki/Comprensi%C3%B3n_lectora