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REFUTAR
CUALQUIER ARGUMENTO
POR: PIJAMASURF -
05/22/2017
http://pijamasurf.com/2017/05/las_3_tecnicas_de_susan_sontag_para_refutar_cualquier_argumento/
Discutir es una de las
actividades más propias de nuestra civilización. Durante al menos 2 mil años
–pero probablemente más– el ser humano ha pasado buena parte de su tiempo
discutiendo sobre las más diversas materias, en distintos niveles de
complejidad, siempre como una forma de intercambiar ideas u opiniones y, a
veces, con la intención de llegar a la verdad sobre determinado asunto.
Pero como toda actividad humana, la discusión no ha
seguido nunca una línea recta. Dicho de otro modo: una discusión sigue muchas
veces el camino que los propios involucrados ya tienen en mente cuando la
inician. Como observó Platón, entre los sofistas, por ejemplo, discutir puede
ser también una forma de engañar. Por experiencia sabemos que hay quienes sólo
buscan imponer su punto de vista, sin escuchar el de otros. También hay
discusiones estériles, en las que por distintas razones es imposible alcanzar
el propósito de ponerse de acuerdo.
A propósito del tema, en esta ocasión compartimos un
breve apunte de la escritora e intelectual Susan Sontag sobre cómo refutar
cualquier argumento. La anotación proviene de los Diarios de
Sontag, de una entrada hecha el 16 de septiembre de 1965 durante un viaje que
la escritora realizó a París. El comentario a cada una de esas estrategias es
nuestro.
Encuentra la inconsistencia
Uno de los errores más elementales al plantear un
argumento es que éste tenga una falla lógica. Puede ser que a partir de nuestra
experiencia personal derivemos una conclusión general, o que invoquemos a una
autoridad en la materia para validar nuestra opinión; también se da el caso de
que sostengamos una afirmación sin contar con los datos suficientes para
hacerlo… La falacia puede tomar muchas formas, pero puede decirse que todas
adolecen de lo mismo: una inconsistencia entre la causa y la consecuencia,
entre la premisa y la conclusión, lo que se plantea y lo que se deriva a partir
de esto –el conocido non sequitur de la lógica formal.
Ejemplo: en redes sociales
abundan las discusiones en que una persona desestima un hecho porque a ella no
le sucede; así, por ejemplo, en una discusión sobre los efectos terapéuticos de
la marihuana, alguien puede negarlos porque, en su experiencia, la marihuana
sólo provoca “malviajes” y depresión. A esa persona cabría preguntarle si no ha
considerado que el mundo es mucho más vasto que su punto de vista, y que su
percepción sobre un hecho no es necesariamente la de todos en el planeta.
Encuentra el contraargumento
Al menos en teoría, toda proposición tiene su
contraproposición, y para toda idea es posible encontrar otra que la refuta.
Ese, en buena medida, ha sido el espíritu del pensamiento occidental, el
péndulo oscilante de la afirmación y la negación.
Ejemplo: en una discusión sobre la necesidad de
incluir carne en nuestra dieta por razones evolutivas, se puede contra argumentar
que en nuestra época dicho requerimiento fisiológico puede suplirse por otros
medios, pues hemos desarrollado la tecnología nutricional para poder hacerlo.
Encuentra un contexto más amplio
Esta es una de las fallas más comunes en la
proposición de argumentos, en la medida en que no es sencillo tener el
conocimiento necesario para considerar determinado asunto en su contexto cabal.
En cierto sentido es imposible, pues quién podría señalar todos los
factores que intervienen en determinada situación. Al discutir, sin embargo,
intentar ver el panorama amplio es una buena estrategia no para “ganar” una
discusión, sino para entender mejor el problema sobre el cual se discute.
Ejemplo: en una discusión sobre
el triunfo electoral de Donald Trump, es importante señalar el efecto de la
globalización y el manejo neoliberal de la economía sobre la calidad de vida de
las clases medias de Estados Unidos, dos factores que entre dicha población se
identificaron en este proceso con los gobiernos demócratas de Barack Obama y Bill
Clinton.
Adenda
Sin duda los Diálogos de Platón son una de las mejores
formas de conocer los meandros de la argumentación y la discusión. Como el
explorador o el antropólogo que se acerca a una civilización desconocida,
también un lector puede aproximarse así a los Diálogos,
con una mezcla de escepticismo y asombro, pero sobre todo con toda la atención
puesta en la capacidad de observar. Como un prestidigitador del pensamiento,
Platón traza líneas argumentativas en las que si bien pueden encontrarse
ciertas fallas, al final terminan por ser profundamente convincentes. Gorgias, Fedón y Timeo pueden ser tres buenas formas de
entrar a ese mundo.
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